Con la llegada del frío, llega también ese momento: sacar frazadas, acolchados y cubrecamas del placard. Pero antes de volver a usarlos, conviene darles un lavado para eliminar el polvo acumulado y renovar su frescura. La buena noticia es que sí se pueden lavar en casa, incluso en el lavarropas. Solo hace falta tener en cuenta algunos detalles para no dañar ni la prenda ni el electrodoméstico.
Sí, pero depende del tamaño del tambor y del grosor del acolchado.
- Los lavarropas con capacidad de 8 kilos o más suelen admitir sin problema frazadas y acolchados de una plaza.
- Algunos modelos también permiten lavar los de dos plazas, siempre que no sean demasiado pesados o voluminosos.
- Consejo clave: si notás que la prenda entra muy ajustada y no se mueve con facilidad, es mejor no forzar. En ese caso, lo más recomendable es llevarla a una lavandería industrial para evitar dañar el lavarropas o romper la tela.
Una vez que te asegurás de que entra bien en el tambor, seguí estos pasos:
- Elegí un ciclo de lavado suave o específico para ropa de cama.
- Usá agua fría o tibia. El agua caliente puede afectar el relleno, sobre todo si es sintético.
- Preferí jabón líquido. Se disuelve mejor y deja menos residuos.
- Evitá el suavizante si tiene relleno. Puede quedar impregnado y dificultar el secado.
Después del lavado, el secado es igual de importante:
- Colgalo bien extendido al aire libre, en un lugar ventilado. Giralo cada tanto para que se seque de forma pareja.
- Si usás secarropas, que sea en temperatura baja o modo delicado.
- Un truco que funciona: sumá un par de pelotas limpias (pueden ser de tenis). Ayudan a mantener el volumen del acolchado y evitan que el relleno se apelmace.
