Durante años, la planchita fue nuestra mejor aliada. La melena perfecta que prometía orden, prolijidad y un toque sofisticado, fue adoptado por muchas como rutina diaria. Pero este invierno, algo cambia. El pelo se despeina (a propósito), el volumen gana protagonismo y las ondas —esas que antes intentábamos domar— ahora se celebran con orgullo. Le decimos chau al alisado y hola a una melena más real, libre y con mucha personalidad.
La nueva estética capilar se aleja de la perfección para abrazar lo auténtico. Las pasarelas de Miu Miu, Bottega Veneta y Stella McCartney ya lo anticiparon: el pelo con textura, movimiento y vida propia se imponen.
Dejar de alisarse es soltar una exigencia, reducir el uso de químicos y calor extremo, y reconectar con el cuidado genuino del cabello. Es un guiño a la sustentabilidad, sí, pero también a la salud capilar. El pelo se ve más fuerte, más hidratado y con un brillo que viene de adentro hacia afuera.
Para quienes quieren sumarse sin resignar estilo, hay opciones. Los cortes en capas largas ayudan a darle forma al volumen. Los productos activadores de rizo y los tratamientos nutritivos marcan la diferencia. Y las técnicas sin calor, como el famoso “plopping” o las trenzas nocturnas, permiten moldear sin dañar. Porque este invierno, el mensaje es claro: el pelo se lleva como es, completamente natural.
Pero más allá de la estética, también importa cómo lo cuidamos. El cabello es un reflejo de nuestra salud interna y, al igual que la piel, necesita rutinas conscientes. En Japón, por ejemplo, el cuidado capilar es un arte basado en técnicas milenarias y el uso de ingredientes naturales. ¿La buena noticia? Hay cinco claves que podés incorporar hoy mismo.
1. Alimentación rica en nutrientes
Lo que comemos impacta directamente en nuestro pelo. En la dieta japonesa predominan el pescado, el arroz, los vegetales y los alimentos fermentados, ricos en omega-3, antioxidantes y vitaminas esenciales. También es fundamental tomar suficiente agua para mantener el cuero cabelludo hidratado y estimular el crecimiento capilar.
2. Aceites naturales para la hidratación y el brillo
El aceite de camelia es una joya del cuidado japonés: hidrata en profundidad, aporta suavidad y deja un brillo natural. Otro infaltable es el aceite de ginseng, ideal para estimular el crecimiento y prevenir la caída del cabello.
3. Peines de madera para un cepillado gentil
A diferencia de los peines plásticos, los de madera (como los tradicionales de boxwood) no generan fricción, reparten mejor los aceites naturales del cuero cabelludo y ayudan a evitar el frizz y la rotura.
4. Agua de arroz: el secreto mejor guardado
Este antiguo truco casero es rico en vitaminas y aminoácidos que fortalecen la fibra capilar. Podés usarla como enjuague después del lavado para mejorar la textura del pelo y darle más cuerpo y brillo.
5. Productos sin químicos agresivos
Shampoos con extractos de plantas, tratamientos sin sulfatos ni siliconas y fórmulas con ingredientes naturales son claves para mantener el equilibrio del cuero cabelludo y proteger el cabello a largo plazo.
