

Seguramente, Gianni Infantino suspirará y sonreirá esta noche de sábado cuando ponga la cabeza en la almohada en la suite del hotel lujoso donde se estará hospedando. Al cabo, su sueño que es este Mundial de Clubes tendrá el partido esperado, el choque con el que se ilusionó el presidente de la FIFA desde que puso un pie en Estados Unidos. El coloso Real Madrid, el escudo más afamado del mundo, arribó a la semifinal tras superar 3-2 a Borussia Dortmund (con una atajada impresionante de Thibaut Courtois en la última) y se medirá ahora contra el histórico París Saint Germain, el campeón reinante de la Champions League y el equipo que mejor juega al fútbol en el planeta.
“Sueño realizado”, habrá pensado Infantino, tal vez agitando el puño de alegría desde el palco oficial. La cita que paralizará a los amantes del deporte está programada para el próximo miércoles (a las 16 de Argentina) en el MetLife Stadium de New Jersey, la misma cancha que albergará la final del Mundial 2026.
Y no la tendrá sencilla el PSG de Luis Enrique porque chocará contra la mística del elenco español y ante un equipo que ya luce algunos trazos de ese gran entrenador que es Xabi Alonso, que sorprendió en la tarde de New Jersey al dejar de lado su esquema predilecto (5-3-2) para apostar por un 4-2-2-2 que por momentos se pareció a un 4-3-1-2. Porque esa capacidad de mutar de dibujo según se ataca o se defiende marca también una distancia enorme entre los de Europa y los de Argentina.
Venía jugando con tres centrales Real Madrid, pero esta vez Alonso adelantó a Tchouaméni al mediocampo para cortar el buen circuito de juego de los volantes del Dortmund. Y fue un acierto total porque los alemanes casi no estuvieron en cancha.
Otra cuestión que logró Alonso fue energizar a un plantel que llegó al Mundial gastado por lo larga de la temporada y por las muchas decepciones. Es abismal la diferencia atlética que evidenció el Merengue entre el primer y el último partido. Y todo sin contar con Kylian Mbappé en plenitud, quien en un puñado de minutos regaló un golazo de tijera en el complemento.
El Madrid salió a pisar al rival en los primeros minutos y en una ráfaga liquidó el pleito. Y que los mejores valores sean los poco conocidos Fran y Gonzalo García también habla del buen ojo del ex técnico de Bayer Leverkusen. El atacante de área de 21 años anotó su cuarto gol en su quinto partido consecutivo como titular. ¿Cuántos había jugado con Carlo Ancelotti en dos años? Apenas 6 duelos (sin festejos), aunque ninguno desde el inicio.
El segundo gol tuvo el sello de Alonso: desbordó por derecha Trent Alexander-Arnold y la definió entrando por el corazón del área el lateral izquierdo.
Borussia buscó con los cambios en el segundo tiempo y siguió sin inquietar. Hasta que encontró el descuento de Maximilian Beier en tiempo adicionado. En la posterior, Mbappé regaló la tijera y le dedicó el gol a la memoria de Diogo Jota. Pero, segundos más tarde, el zaguero Dean Huijsen cometió una falta adentro del área, el brasileño Abatti le mostró la roja y Serhou Guirassy señaló el 3-2.
Y al conjunto teutón le quedaría la última. Le cayó a Marcel Sabitzer, que la paró de pecho en el punto del penal e hizo estirar al máximo a Courtois, que pudo meter el manotazo. Un atajadón para una justa victoria.