
La adaptación de El Eternauta, uno de los cómics más emblemáticos de la historieta argentina, ya tiene a los fans atentos a cada detalle. Estrenada por Netflix el pasado 30 de abril y protagonizada por Ricardo Darín como Juan Salvo, la serie no solo rescata el espíritu de la obra original de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, sino que también pone en primer plano a Buenos Aires como escenario central del relato. Hacemos un recorrido por los lugares icónicos que aparecen en la ficción de la que todos hablan.
Los rincones de Buenos Aires que aparecen en El Eternauta, la nueva serie de Netflix
A lo largo de la historia, irán apareciendo espacios emblemáticos de la historieta original, que se revelan en la pantalla a medida que los protagonistas enfrentan su lucha por sobrevivir. Mientras crecen las tensiones y la desconfianza entre ellos, estos lugares reales de Buenos Aires —utilizados como locaciones de rodaje— se integran de forma orgánica al relato apocalíptico, en una puesta en escena que combina filmaciones en exteriores con tecnología de escenografía virtual como nunca antes se vio en nuestro país.
El rodaje de El Eternauta comenzó en mayo de 2023 y se extendió a lo largo de 148 jornadas, abarcando un total de 38 locaciones. La producción desplegó un operativo sin precedentes en la industria audiovisual argentina: una combinación de locaciones reales, cientos de extras, vehículos, vestuario, escenografía y tecnología de última generación para recrear el ambiente apocalíptico de la serie. Uno de los mayores desafíos fue filmar en lugares emblemáticos y altamente transitados de Buenos Aires.
“El primer obstáculo era justamente ese —nos cuenta Eugenia D’Alessio, jefa de Locaciones junto con Mariano Cukar y Marcelo Martínez—: todas son zonas con muchísimo movimiento. No fue fácil montar un set de gran escala en sitios tan representativos de la ciudad”.
Según los encargados de locaciones, la filmación se llevó a cabo en varios puntos icónicos de la ciudad:
– El Puente Saavedra
– El túnel de Vuelta de Obligado
– San Isidro Labrador
– Campo de Mayo
– La Avenida Maipú, entre otras calles
Como mencionaron, rodar en estos puntos tan frecuentados y simbólicos de la ciudad presentó grandes desafíos logísticos, ya que montar los sets en áreas con tanto movimiento fue un proceso complicado.
“Ojalá que el impacto sea enorme y que la gente reconozca los detalles de Buenos Aires y el Conurbano”, comenta Marcelo Martínez. “No siempre uno tiene la oportunidad de ver la ciudad donde vive retratada como en las producciones más grandes de Hollywood”, agrega.
El equipo bajo las órdenes de Bruno Stagnaro encontró la solución combinando escenarios reales y virtuales. Para esta tarea, el uso del sistema Virtual Production, utilizado en grandes producciones de Hollywood, fue clave creando modelos virtuales a partir del escaneo de varios kilómetros cuadrados de la ciudad de Buenos Aires.
Eso, en combinación con software de videojuegos y el uso de pantallas de alta definición, permitió filmar con fondos hiperrealistas, que incluso podían ser modificados en vivo según las necesidades del director.
Es decir, muchos lugares reconocibles que aparecen en la serie, son “reales” a medias: los actores no estuvieron presentes allí, pero sí lo hizo antes el equipo que fotografió y escaneó milimétricamente todo el recorrido posible de los personajes, desde barrios completos hasta 15 kilómetros de vías de tren y sus alrededores, incluyendo calles, rutas, puentes, carteles y edificios, generando un modelo 3D de la ciudad. “Incluso modelamos el parque automotor completo de Buenos Aires, incluyendo sus colectivos”, revela Ignacio Pol, responsable de la producción y supervisión de Virtual Production en la serie junto con Pablo Accame, ambos de Control Studio.