Si pensabas que ya lo habías visto todo en materia de accesorios, prepárate: los colgantes de bolsos dejaron de ser pompones o pañuelos y ahora son… ¿muñecos? Sí, pero no cualquier muñeco. Se llaman Labubu, tienen carita de traviesos, pelo alborotado y una actitud que mezcla a un Gremlin con un peluche kawaii. ¿Conclusión? Son rarísimos… y completamente adorables.
Aunque su nombre todavía no suena tanto en Buenos Aires como en París o Tokio, ya se los vio colgando de carteras de diseñadoras, influencers y editoras de moda en las fashion weeks más importantes del mundo. Y como suele pasar con los objetos que mezclan ternura con rareza, se están convirtiendo en pequeños íconos de estilo.
Labubu nació como parte del universo artístico del ilustrador Kasing Lung, y lo que empezó como un personaje de cuento terminó mutando en figura de colección. Cada muñeco tiene su propia personalidad, sus versiones limitadas, sus colores locos y sus disfraces excéntricos. Hay Labubus piratas, vampiros, y hasta algunos que brillan en la oscuridad.
Pero más allá del diseño, hay algo en ellos que engancha. Tal vez sea esa estética medio fea pero encantadora, ese guiño a lo imperfecto, a lo distinto. En un momento donde todo parece hiperfiltrado y curado, llevar un muñeco desalineado como charm se siente casi rebelde.
Colgar un Labubu del bolso no es solo seguir una tendencia. También es una forma de reconectar con algo más lúdico, más relajado. Como llevar un pedacito de infancia, pero con estilo adulto. Una especie de “mini tótem” que nos acompaña entre reuniones, subtes y afters.
Y aunque algunos modelos pueden costar tanto como un perfume de lujo (sí, hay edición limitada y mercado de reventa), lo cierto es que el fenómeno ya traspasó la frontera del coleccionismo y se metió de lleno en el universo fashion.
Desde ya, no hay reglas. Podés colgarlo de un bolso minimalista para contrastar o acompañar un outfit excéntrico con uno de sus modelos más locos. Lo importante, como siempre, es que te divierta. Porque al final del día, la moda también se trata de eso: jugar.
