
La artista pop volvió a brillar con un show en el Estadio Vélez. Con una gran puesta, invitados de lujo y un mensaje conmovedor, dio inicio a su nueva gira ante 45 mil personas.
Más de dos horas y media de espectáculo dejaron en claro que Lali está en su mejor momento. Desde Lokura hasta No me importa, pasando por hits como Disciplina, Boomerang, Ego y 33, cada canción fue acompañada por una puesta imponente, coreografías potentes y una entrega física y emocional total.
El reloj marcaba las 21.22 cuando el estadio estalló. Lali apareció sobre el escenario con una energía arrolladora y un mensaje claro: esta no era una noche más. Era el inicio de su tour No vayas a atender cuando el demonio llama, que recorrerá más de 18 ciudades en Argentina, Uruguay y España, y también el despliegue más impactante de su carrera.
Con una estética oscura, sensual y rockera, sin perder su esencia pop, Lali presentó su sexto álbum de estudio ante un público que vibró con cada canción. Hubo banda en vivo, 16 bailarines, músicos, un cuerpo de drags, cuatro invitados especiales y, sobre todo, una conexión inquebrantable con sus fans. Brillos, pelucas de colores y looks temáticos completaron el dresscode de una noche épica.
Lali empezó el show con la primera canción de su último disco: Lokura
Uno de los momentos más celebrados llegó con la presencia de Moria Casán, quien fue ovacionada cuando subió al escenario para Quiénes son?, un tema que samplea su icónica frase. Enfundada en un catsuit brillante y con cinturón que decía “Moria”, la diva le dedicó unas palabras a Lali que emocionaron al estadio entero: “Esto es éxito porque hay trabajo, constancia y muchos años. Esta mujer tiene un ángel desmedido y es argentina”. La One desfiló tomada de la mano de Lali, como en sus épocas doradas, y cerró su participación con un grito de orgullo: “Por primera vez me cuelgo de alguien”.
La noche fue también una celebración intergeneracional del pop. Miranda! encendió el estadio con el infalible Mejor con vos y desató un bloque lleno de hits que incluyó Histeria, 1Amor y S.O.S, con una enérgica Taichu sumando flow al escenario. Fue el tramo más colorido del show, con un desfile de 16 drags al ritmo de Soy, convertido ya en un himno LGBTQ+, y pantallas que se tiñeron con los colores del arcoíris.
En uno de los pasajes más íntimos del show, antes de cantar Fanático, Lali se tomó un momento para compartir una reflexión poderosa: “En estos tiempos donde uno puede decir cualquier barbaridad a través de las redes, cualquier cosa desalmada, desamorada, poco empática. En general hablo, eh. Vale un montón ese tiempo, ese mensaje cariñoso, con ilusión. Ser buenos con el otro, parece algo tan básico, pero que no abunda y a veces se pone de moda ser un s*rete. Y ustedes me defendieron y yo leía sus mensajes llenos de amor, respondiendo sin ser un s*rete con ese otro. Y eso es muy importante”.
Y cerró su discurso: “Pero, hay que hacer canciones para devolver un poco la patada, ya que estamos. Es una de las canciones más importantes de la noche, al menos para mí”.