
¿Qué te enamora hoy de Pedro? Me imagino que después de la paternidad una se va enamorando de otros aspectos de su pareja que quizá no conocía…
Sí, cuando lo veía con los bebés a upa, era como el papá que siempre había soñado, y ahora me encanta verlo. Me pasa que para mí la base es poder reírnos y admirarnos. El admirar al otro también está bueno. En el teatro es espectacular lo que hace. Primero como actor cómico, después como guionista, como director. Lo veo y me fascina. Y se está poniendo cada vez más lindo. Yo lo veo del 2010 a ahora y digo: “Los años le van quedando bien, con 45 está mejor”.
¿Cómo vivís el paso del tiempo? Venís del mundo de la moda, que es tan cruel en ese sentido…
A veces me cuesta, pero tampoco me animo a hacerme nada, más que un bótox no me animo. Entonces digo, bueno, ya está. No vamos a poder detener nunca los efectos del paso del tiempo. Trato de cuidarme, pero por una cuestión más de salud, porque me gusta ir al gimnasio, porque me gusta comer bien y porque mi mamá me educó así, como cuidando la salud. En mi casa no había nada industrializado, primero porque no teníamos plata para comprar la patita de pollo de la bolsa, pero segundo también porque mi vieja siempre fue de la comida natural, sana, la comida real.
¿Y cómo cuidás tu salud mental?
Hice muchos años de terapia. Muchas terapias alternativas, hice biodecodificación, en el proceso de la formación como doula fui conociendo diferentes mujeres que abordaban diferentes espacios. Ahora no estoy haciendo nada porque ya me conozco mucho, ya siento que tengo como mi cajita de herramientas para afrontar diferentes situaciones. Trabajé mucho el amor propio, para mí es la base de todo. Me siento merecedora de todo lo que me pasó, laburé muchísimo para llegar a donde llegué y por tener todo lo que tengo, no me lo regaló nadie. Abrazo un montón de las facetas de Paula. También abrazo las cosas que me faltan o que siento que me hicieron mal en su momento, y trato de aceptarlas y de entender. En un momento tuve mucho ataque de pánico, ataque de ansiedad.
¿En qué momentos?
Cuando tenía 25 o 26 años. Por cuestiones familiares que habían pasado en ese momento, por el trabajo, por la vida misma, no sé. Pero siempre como queriendo combatir eso, y ahora me di cuenta de que una puede abrazar eso que le pasa y ya tener su caja de herramientas para poder afrontar esos momentos. Hoy por hoy, me agarra un ataque de ansiedad mínimo y yo ya sé cómo resolverlo. Respiro y como que no hay nada más importante que el aquí y ahora.
¿Hay algo de esa caja de herramientas que podrías compartir para otra persona?
No siento que sea la persona que pueda ayudar, sí puedo compartir desde mi experiencia, a mí me sirvió mucho entender que no tenemos el control de nada. Porque parte de todo lo que me pasaba a mí era por querer controlar: controlar mi salud, controlar la salud de mis hijos, controlar, controlar, controlar, el trabajo… No hay control de nada. Vivamos. Trato de cuidarme, de cuidar a mis hijos, de que todos estemos más o menos viviendo en coherencia, pero también disfruto. O sea, porque me la pasé mucho tiempo “con miedo a” y me perdí de disfrutar. No sé si es un consejo, a mí me sirvió mucho soltar el control. Por ejemplo, le tengo terror al avión, pero terror…, pero hace poco me subí con los cuatro al avión. Ellos ya saben que puedo llorar un poquito, descomprimo y sigo. Eso también, abrazar mis cosas, no las tengo que ocultar. “Sí, tengo pánico al avión, pero acá estamos”.
¿Qué es lo último que aprendiste sobre vos?
Ay, qué pregunta difícil. Esto que estábamos hablando recién, que, a pesar de no tener el control de nada, también puedo. Y que me voy a seguir equivocando con un montón de cosas, pero también es parte de la vida, desde que estamos vivos pasan cosas. A mí me tocó algo heavy, que fue perder a mi mejor amiga a sus 37 años, yo era más chica, por un cáncer de mama, y ahí me di cuenta de que no había vivido nunca eso.
Sí, nos empiezan a pasar esas cosas. ¿Y eso en qué sentís que te hizo como una bisagra?
En que estamos vivos y que van a pasar cosas. Y que es una cagada, sí, obvio que es una cagada, pero bueno, son cosas que pasan. Y que tal vez hay algo después, que no lo sabemos… Todo el mundo lo describe como algo espectacular y quizás esté en un lugar mejor. Y que ha dejado una enseñanza muy grande acá y que, de verdad, de vuelta, no tenemos el control de nada. Lo que tenga que ser va a ser. La partida de Lina me ayudó a vivir más liviana, a disfrutar de las pequeñas cosas, a vivir más liviano todo. Es ahora.