Encontrá un lugar tranquilo donde realizar el ritual sin interrupciones.
Encendé el incienso para limpiar el espacio y tu mente. Mientras el humo asciende, imaginá como se disipan las energías negativas, dejando lugar para lo nuevo y lo positivo.
Agarrá las dos velas y consagralas con el aceite, pidiendo que te ayuden a potenciar tu comunicación, claridad mental, protección y estabilidad.
Colocá las velas frente a vos, la amarilla a la izquierda y la blanca a la derecha.
Dividí la hoja en dos secciones: una para la comunicación (influencia de Géminis) y otra para los logros territoriales (influencia de Cáncer).
En la sección de la comunicación, escribí tus metas relacionadas con mejorar tus habilidades de expresión, conectar mejor con los demás y desarrollar nuevas ideas.
En la sección de los logros territoriales, escribí tus metas relacionadas con la expansión, la seguridad en tu entorno y cualquier objetivo que implique crecimiento personal, profesional o espiritual.
Colocá la hoja escrita entre las dos velas y, por encima, la pequeña piedra.
Agarrá las hojas de laurel y, una por una, pasalas por la llama de las velas mientras repetís en voz alta tus deseos y objetivos. Finalmente, colocá las hojas de Iaurel dentro del recipiente con agua, permitiendo que el agua cargue tus intenciones con la energía y protectora.
Mientras las velas se consumen, visualizá tus metas tomando forma en el 2025.
Una vez que las velas se hayan apagado, tomá el papel con tus intenciones y guardalo en un lugar especial donde puedas revisarlo a lo largo del año. Este papel actuará como un recordatorio de tus metas y un talismán de protección y éxito.
Dejá el recipiente con agua y las hojas de laurel durante toda la noche. A la mañana siguiente, volcá n la tierra o en una maceta, simbolizando a de tus intenciones en el mundo físico.
