

A principios de abril, los mejores jugadores de los circuitos ATP y WTA unieron fuerzas y enviaron una carta a los Grand Slams pidiendo un aumento de la recompensa en dinero por lo que consideran un reparto injusto de los ingresos de esos torneos, los más importantes del tenis mundial. Wimbledon tomó nota y este jueves anunció un nuevo incremento en su bolsa de premios, que será la más jugosa de la historia de los Majors.
La edición 2025 del “grande” británico, que se disputará entre el 30 de junio y el 13 de julio, repartirá un total de 53,5 millones de libras esterlinas (casi 73 millones de dólares), un siete por ciento más de lo que entregó el año pasado y exactamente el doble de lo que otorgaba hace diez años.
Los campeones masculino y femenino se llevarán 3 millones de libras (unos 4 millones de dólares), 11 por ciento más que en 2024. Y una cifra bastante más importante de las de los otros certámenes de esta categoría. Jannik Sinner y Aryna Sabalenka, que levantaron en enero los trofeos del Australian Open, embolsaron 3.150.000 dólares australianos (cerca de 3 millones en moneda estadounidense), un premio similar al que recibieron Carlos Alcaraz y Coco Gauff al conquistar los títulos de Roland Garros el fin de semana pasado.
Los premios crecerán no solo para los campeones. Subirán en todas las rondas. Quienes se despidan en el debut del cuadro principal, por ejemplo, ganarán 66 mil libras (unos 90 mil dólares), un incremento de 10 por ciento respecto a 2024.
“Estamos inmensamente orgullosos porque si mirás hacia atrás diez años, puedes ver el aumento durante ese período y el 7 por ciento de este año. Hemos escuchado a los jugadores”, comentó Deborah Jevans, presidenta del All England Lawn Tennis and Croquet Club.
Los cuatro Grand Slams -además del británico, Australia, Roland Garros y el US Open– comparten apenas el 17 por ciento de sus ingresos con los jugadores, un monto mucho menor del porcentaje de otros deportes, como la NBA, el PGA Tour de golf y la NFL, que reparten entre el 35 y 50 por ciento entre sus participantes.
A place like no other. A Championships like no other.
There is only One #Wimbledon. pic.twitter.com/q4WTd6E0jZ
— Wimbledon (@Wimbledon) June 9, 2025
La lucha por un reparto más justo de las ganancias, que ya viene de muchos años, se reflotó a mediados de marzo cuando la Asociación de Jugadores de Tenis Profesionales (PTPA), el sindicato fundado en 2019 por Novak Djokovic y Vasek Pospisil, inició acciones legales contra los cuatro órganos rectores de este deporte, la ATP, la WTA, la ITF (la federación internacional que gestiona los Majors) y la ITIA (Agencia de Integridad del tenis).
Hubo muchos jugadores top que rechazaron esa demanda -que acusó a esas asociaciones de operar como un “cartel” en un “sistema corrupto, ilegal y abusivo”-, pero semanas más tarde, los tenistas ubicados entre los mejores 20 de los rankings femenino y masculino elevaron su propio pedido a los Grand Slams, con el respaldo de la ATP.
El Abierto Británico respondió con un aumento, aunque la presidenta del All England aseguró que eso no solucionará el problema del tenis actual.
“Centrarse únicamente en los premios en metálico de los cuatro Majors no aborda el verdadero desafío del tenis. El desafío radica en que los jugadores no tienen una temporada baja, como desean, y su creciente número de lesiones, de las que hablan. Siempre hemos dicho que, como Wimbledon, estamos dispuestos a colaborar y dialogar con los circuitos para intentar encontrar soluciones, y esa puerta sigue abierta”, afirmó Jevans.
Wimbledon, sinónimo de tradición, vivirá este año una edición histórica. Porque, por primera vez en sus 147 años de vida, no tendrá jueces de línea en cancha y utilizará el Electronic Line Calling Live (ELC), un sistema electrónico de cobro en directo que ya se implementó en casi todos los torneos de esta temporada (excepto en Roland Garros). Y porque repartirá una bolsa de premios inédita, la mayor de todos los tiempos en esta categoría.