
El psicoanalista Gabriel Rolón contó en varias entrevistas lo dificil que le resulta hablar de la felicidad. Para un psicoanalista como es él, dedicado por décadas al trabajo de preguntar sobre la angustia y lo que falta y, tal vez, menos acostumbrado a hablar de lo que significaría la felicidad en términos generales, resultó un desafío pensar en aquellas acciones o decisiones que pueden acercarnos a un estado de mayor plenitud. De felicidad.
La idea surgió por un desafío planteado por el conductor Andy Kustnetzoff, donde Rolón participa de una columna semanal en el programa “Perros de la Calle”. Rolón lo cuenta en el prólogo del libro La Felicidad, más allá de la ilusión, una creación, en gran medida, producto de ese intento de dar respuesta a una de las preguntas más difíciles.
“Andy Kustnetzoff me desafió a un juego: al final de mis columnas debía proponer una fórmula para ser feliz. Me reí. Es claro que para un psicoanalista no existen las recetas ni los consejos. Un analista no es un dador de respuestas sino un generador de preguntas. Pero lanzados al juego tomé el guante y convinimos en poner un límite: diez. Así fue que, durante diez semanas, dependiendo del tema que se hubiera generado, improvisé algunas ideas”.
Más tarde, todo ese esfuerzo se transformó en el libro antes mencionada y el cual recomendamos fuertemente. Algo que leímos en el prólogo y nos encanta: “La vida es un lugar muy difícil y tendemos a idealizar las cosas: el amor, la amistad, la vida misma. No idealicemos también la felicidad. Si tenemos una opción de ser felices, nunca será sin un poco de tristeza, sin un poco de ausencia, sin un poco de dolor, sin algo de soledad y sin faltas. Si alguna felicidad es posible, tenemos que aceptar que será una felicidad imperfecta”.